Las tradicionales pupusas, el platillo que nos hace suspirar pero las que estamos observando tienen un toque especial, hay de frijol y revueltas pero más allá de su sabor destaca que son preparadas por dos hombres, para muchos podría ser curioso pero es el diario vivir de Henry y Antonio, dos jóvenes que ante la falta de oportunidades decidieron ganarse la vida tras estas planchas.
Para Henry Romero de 21 años de edad tortear ya es algo normal, perdió su empleo a consecuencia de la pandemia y dice que paso varias semanas sin encontrar como ganar dinero, fue así como llego a este comedor ubicado en el barrio San José de San Salvador, exactamente frente al punto de microbuses de la ruta 38, la única oportunidad que había era para alguien que hiciera tortillas, muchos pensarían entonces que era plaza para una mujer, sin embargo Henry dijo yo acepto y ojo nunca había torteado, la necesidad lo llevo a aprender, lo logro y a los días hasta se convirtió en el encargado de preparar pupusas.
Pero Henry no está solo, un amigo pasaba por la misma situación y decidió motivarlo, también acepto el reto y ahora son todo un equipo en las buenas y en las malas, lo dicen así porque aseguran que lamentablemente en ocasiones son discriminados pero ellos lo que buscan es salir adelante.
Cada uno tiene su familia, justo por eso es que trabajan y aunque algunas personas hasta de menos los hacen ellos no prestan atención porque también gozan del apoyo de muchos, hay clientes de todos los días que llegan a este comedor para apoyarlos, además dan fe que las pupusas que preparan son deliciosas pero destacan aun más los deseos de triunfo que proyectan estos jóvenes trabajando.
Las ganas que le ponen son tan grandes que los llevo a convertirse en los encargados del comedor, buscan que el negocio crezca, por eso han ampliado la oferta gastronómica, pupusas para el desayuno pero también han comenzado a ofrecer almuerzos y la respuesta que han tenido los lleva por buen camino y todo, absolutamente todo es preparado por ellos.