En la sección Olores y Sabores visitamos la carnita asada de San Vicente, sin duda un platillo que a muchos nos despertara el apetito.
Desde lo alto así luce nuestro destino, es uno de los desvíos más reconocidos de El Salvador, por un platillo que provoca suspiros, estamos en el desvió a San Vicente, para muchos parada obligatoria que aun sin hambre provoca ordenar.
Estamos en las tradicionales carnitas de San Vicente, esta imagen da apetito, carnita de res o cerdo asada a las brasas.
Todo comenzó en tiempos de guerra, desde entonces familias de escasos recursos comenzaron a vender carne en este lugar, sin imaginar que serían los protagonistas de una tradición gastronómica en la zona.
Poco a poco, al ver la rentabilidad, más personas se unieron a esta actividad, algunas ya no están pero otras se mantienen como el caso de María López quien vende carne en este desvió desde hace 60 años.
El toque único de la carne es la preparación, ver los pedazos en pinchos sudando ante enfurecidas llamas e incandescentes carbones, a eso agreguemos el complemento de los platillos, casamiento, aguacate, cuajada y tortillas tronadoras.