Hablamos del negocio familiar el Divino Niño, un taller donde hace más de 6 años elaboran sillas, mecedoras y bancos de metal con hilos de plástico.
El encargado del negocio es este joven y junto a su padre nos cuenta qué la idea del proyecto nació tras presentarse la necesidad de un trabajo formal, por eso decidieron no quedarse con los brazos cruzados y pusieron en marcha el negocio.
Y es que se trata de un trabajo en equipo, pues mientras que unos cortan las piezas de metal, otros se encargan de soldar, pintar y encordelar las sillas, como este joven que con esfuerzo trabaja en esta pieza.
A la semana fabrican entre 400 a 500 sillas o mecedoras, la mayoría de ellas son enviadas al oriente del país y como todo negocio ha tenido altos y bajos pues los costos de las materias primas han afectado la producción.
Aun así ellos esperan seguir creciendo y entre sus proyecciones está innovar más en sus productos y ampliar la distribución de venta.