Según los investigadores, estos fenómenos se están volviendo más frecuentes, más largos y más destructivos, con cifras que duplican el promedio de los últimos 17 años.
Este cambio no solo ha sorprendido a los expertos, sino que también ha generado una gran preocupación sobre las posibles consecuencias a nivel mundial. Si bien aún no se puede afirmar con certeza que el calentamiento global sea la única causa, los datos sugieren que el cambio climático está acelerando este proceso a un ritmo más rápido del que se había anticipado.
A través de observaciones satelitales avanzadas, la NASA ha utilizado su satélite Grace para estudiar los cambios en los sistemas hídricos de la tierra, y los resultados son alarmantes.