A nivel mundial 1 de cada 3 mujeres y niñas mayores de 15 años han experimentado violencia física o sexual a lo largo de su vida, según la Organización Mundial de la Salud. Aunque cualquier mujer está propensa a sufrir violencia, es probable que aquellas pertenecientes a un grupo étnico enfrenten mayor riesgo y encuentran más obstáculos para ser apoyadas.
Un reciente estudio de la Organización Panamericana de la Salud, reveló la urgencia en los países de las Américas, en la recopilación de datos y acciones que aborden el impacto de violencia contra mujeres niñas indígenas y afrodescendientes de la región.
En el 2022, la OPS inicio con un estudio a nivel nacional para revisar información disponible, identificar brechas y definir pasos para abordar la problemática, aunque algunos países ya toman acciones, la organización descartó que existe una necesidad de reforzar los datos, investigaciones y políticas que beneficien a las mujeres y niñas de distintos grupos étnicos.
Es por esto que el estudio aboga por una respuesta integral a la violencia que sufre este sector, se consideren tipos de violencias, causa y consecuencias, así como la discriminación.
La OPS hace un llamado a los países de las Américas a promover la creación de una comunidad de práctica centrada en la investigación de las formas de violencias contra las mujeres, generar evidencia desagregada sobre la prevalencia de la violencia y tomar en cuenta factores de riesgo y protección.