A pesar de la brecha salarial que existe en El Salvador, cada vez más mujeres están rompiendo barreras en trabajos tradicionalmente dominados por hombres. Sandra es un claro ejemplo, ella es mecánica de profesión, se encarga del mantenimiento preventivo, engrase, y reparación de diferentes tipos de camiones y rastras, labora para una empresa de alimentos. Su decisión de ingresar a este oficio, surgió por la necesidad, ya que es madre soltera.
Según un estudio publicado por Ormusa, por cada 400 dólares que gana un hombre, en El Salvador, la mujer solo recibe 344 dólares, por desempeñar el mismo trabajo.
Sandra afirma que, a pesar de las miradas sorprendidas de las personas, ha sabido adaptarse al ambiente laboral y demostrar que la mecánica no es solo cosa de hombres.
Hoy en día su esfuerzo no solo ha cambiado su vida, sino que también ha dejado huella en su hijo, y en su jefe quien reconoce el entusiasmo y dedicación por aprender que tiene Sandra en el taller.
Pero Sandra no es la única mujer en esta empresa, Emely también está marcando la diferencia con su determinación y fuerza, ella es auxiliar de carga, la cual todos los días desafía a su cuerpo soportando el peso de las arrobas o quintales de maíz o harina de trigo, que tiene que ayudar a cargar con sus compañeros. Admite que al principio fue difícil, pero el amor a sus abuelos y el deseo de poder construirles su casa hace que supere cualquier dificultad, ella aspira poder ser un día motorista de un camión pesado.
Durante años, las mujeres han sido objetos de discriminación que se refleja en muchos casos en el trato hacia su persona y la brecha salarial. Hasta 2021 en El Salvador solo un 24% de las mujeres tenía una cuenta bancaria. La brecha de género en inclusión financiera es más amplia en El Salvador ya que se sitúa en 14% comparado con el 8 % de Honduras y el 4% de Guatemala.