Estas técnicas, que implican la atención plena al momento presente y la meditación regular, ayudan a reducir el estrés, la ansiedad y la depresión. Estudios científicos han demostrado que el mindfulness puede cambiar la estructura del cerebro, aumentando la capacidad de atención y la empatía. La meditación, por su parte, favorece la relajación profunda y mejora la calidad del sueño. Incluir estas prácticas en la rutina diaria puede resultar en una vida más equilibrada y tranquila. Especialistas recomiendan comenzar con sesiones cortas de 10 minutos y aumentar gradualmente el tiempo. La popularidad de estas técnicas sigue en aumento, evidenciando sus beneficios tangibles en la vida moderna.