Policías y militares se tomaron la Asamblea Legislativa, pese a que había una plenaria abierta para el día lunes y no se contaban con los votos para aprobar el polémico préstamo de $109 millones de dólares, se ordenó que ingresaran al salón Azul armados y con el apoyo de la Unidad de Mantenimiento del Orden, estuvieron custodiando a los pocos diputados que asistieron.
Minutos después Nayib Bukele fue claro en mencionar que el control de la Asamblea estaba en sus manos, tomó asiento en el lugar del presidente del congreso y dirigió una plenaria que horas antes los diputados habían dicho que no tenía razón de ser porque violaba la Constitución.
Luego Bukele, inclinó su rostro y pidió una guía, se levantó intempestivamente con lágrimas en los ojos, sin dar declaraciones salió de nuevo hacia donde estaba ubicada la tarima, la confusión reinaba entre los diputados que también condenaban que la Fuerza Armada se tomará de forma intimidante el congreso.
Incluso diputadas como Felisa Cristales quienes abiertamente respaldan a Bukele, se retiraron del congreso.
El único que dio respuestas ante las acciones de la PNC fue el director de esa institución, Mauricio Arriaza, aceptó que la policía rebasó sus funciones.