Un informe del Banco Mundial advierte que en las próximas décadas la proporción de adultos en edad laboral disminuirá considerablemente, debido al poco crecimiento de la población, por ejemplo, países como España, dentro de 60 años, tendrán un 20% a 39% de personas mayores a 65 años.
La mayoría de potencias económicas llevan el mismo camino, por lo que en un futuro van a requerir de trabajadores provenientes de países migrantes, pero el documento advierte que se deben tomar medidas a favor de estos trabajadores, como reducir los costos de las remesas, facilitar la transferencia de conocimientos desde la diáspora, desarrollar habilidades que tengan alta demanda en todo el mundo para que los ciudadanos puedan obtener mejores empleos si migran, mitigar los efectos adversos de la “fuga de cerebros”, proteger a sus ciudadanos mientras están en el extranjero y brindarles apoyo cuando regresan, esto tanto en el país de destino y el de origen.
Esto debe tomarse como una estrategia para el desarrollo económico para quienes reciben a migrantes, según el banco mundial, ya que, si se toman medidas migratorias con estas características, podría ayudar a impulsar prosperidad.
Actualmente, la migración no se ve como una estrategia de desarrollo por los países, más bien es visto como una problemática, causando incontable sufrimiento a quienes se mueven de un país a otro, por las condiciones desfavorables, según el Banco Mundial, hay 37 millones de refugiados a causa de la migración en todo el mundo y 147 millones de personas viven fuera de sus países de origen, significando un 2,5% de la población global.