La mujer en general, que suele ser débil, coqueta y hermosa, se transforma en un personaje de hierro al solo asumir la condición de verdadera madre. Es la mujer integral que se enfrenta a todos los reveses y avatares para que sobrevivan sus hijas y sus hijos, sus nietas y sus nietos, sean éstos buenos, regulares, malos o perversos.