La dieta del huevo duro promueve la pérdida de peso rápida al centrarse en el consumo de huevos como principal fuente de proteína. Acompañada de verduras sin almidón y frutas bajas en azúcares, busca reducir la ingesta de calorías mientras se mantiene la saciedad. Este régimen es temporal y no se recomienda a largo plazo, ya que puede ser restrictivo y carecer de algunos nutrientes esenciales para el organismo.