La depresión no siempre se muestra con tristeza visible; a menudo, «sonríe», ocultándose tras una aparente normalidad.
Esta condición clínica afecta la forma en que una persona siente, piensa y actúa, impactando significativamente su calidad de vida.
No se trata de un estado de ánimo pasajero, sino de un trastorno que, si no se trata, puede prolongarse durante años.