El fin de sus 15 años en el poder sucede tras semanas de violentos disturbios en que murieron casi 300 personas, según reportes de medios locales.
El gobierno trató varias veces de sofocar las protestas, que atribuyó al sabotaje y a los partidos de oposición, con balas, toques de queda y suspensión del internet, pero las medidas de mano dura resultaron contraproducentes, al avivar la indignación y generar más protestas.