Es una preciosa parcela y aquà encontramos en lo mejor de cosechar a Delmy Cañas, dice que una vez alguien le dijo que la agricultura es solo para hombres y ella sonrió, sabe perfectamente de lo que es capaz y esta a la vista de todos, vive en el cantón Joyas de Girón en Olocuilta, La Paz, en este lugar la ven como un ejemplo a seguir por todo lo que está logrando produciendo espinaca.
Asà comenzó todo, dice que su familia siempre fue agricultora pero ella en la adolescencia prefirió buscar trabajo en San Salvador, sin embargo con el paso de los años se sintió explotada laboralmente y decidió regresar sobre todo por su motor, un niño de 10 años, opto por emprender agrÃcolamente, preguntando y preguntando aprendió a cultivar y ahora es productora no solo de espinaca, también cosecha mora, chipilÃn y rábano en cantidades nada despreciables.
Todo lo que produce lo vende de manera local o en el mercado central de San Salvador donde ha logrado aceptación por sus técnicas de trabajo, la espinaca, el chipilÃn, la mora y el rábano están libres de venenos, Delmy es una productora orgánica gracias a capacitaciones y acompañamientos que está recibiendo por parte del CENTA, institución que ha logrado empoderar a decenas de personas en esta zona rural de Olocuilta.
La misión del CENTA se está logrando, mientras muchos piensan que la agricultura está muriendo, en el cantón Joyas de Girón es todo lo contrario, aquà pasa una quebrada que es aprovechada por más de 150 personas que a lo largo del año producen diversidad de hortalizas, Delmy es un ejemplo del éxito que se está logrando.
A sus 42 años, esta mujer asegura sentirse bendecida y quiere ser un ejemplo real para otras mujeres no solo de esta comunidad sino de todo el paÃs si es posible, trabajar en el campo no es fácil sostiene, sin embargo deja claro que ante la falta de oportunidades la producción de hortalizas se convierte en una opción que puede sacar adelante a cualquiera, eso sÃ, echándole ganas y lo dice con propiedad trabajando de sol a sol manifestando que nunca es tarde para alcanzar los sueños mucho menos cuando se es cabeza de hogar.