José «Pepe» Mujica, ex presidente de Uruguay y símbolo de la izquierda latinoamericana, falleció a los 89 años en Montevideo, luego de enfrentar un tumor maligno en el esófago durante 12 meses, lo que conmocionó al país.
El gobierno decretó duelo nacional hasta el 16 de mayo, honrando a un líder que, pese a su discurso anticomunista inicial, se convirtió en ícono de austeridad, donando gran parte de su salario y viviendo humildemente, mientras impulsaba reformas progresistas como la legalización del matrimonio igualitario y la despenalización del aborto en las primeras 12 semanas, legado que marcó su gestión.
Su muerte cierra el capítulo de una figura que trascendió fronteras, combinando pragmatismo político con un estilo de vida que desafió las convenciones del poder.