Según las autoridades policiales el ataque responde a una confrontación que existe entre dos grupos delincuenciales organizados locales que se disputan la zona.
Este céntrico barrio de la capital, que todavía es conocido por ser una tradicional zona de fabricantes de muebles, se ha convertido en los últimos años en un punto de microtráfico y consumo de drogas en el que se concentran masivas aglomeraciones de habitantes de calle y adictos.