Mejorar la relación con tus hijos requiere un enfoque consciente y activo. La comunicación abierta es fundamental; escuchar y dialogar sin juicios fomenta la confianza y el entendimiento mutuo. Además, dedicar tiempo de calidad a actividades compartidas, como juegos o salidas familiares, refuerza el vínculo y crea recuerdos positivos. Estos esfuerzos contribuyen a una relación más sólida y armoniosa, esencial para el desarrollo emocional y la felicidad de los niños.