En este informe conoceremos la historia de un escultor salvadoreño que plasma su arte en Arena.
Padre e hijo, un trabajo en equipo para echar a andar su creatividad, solo necesitan sus pinceles, palas, arena, agua y manos a la obra.
Francisco y Stanley Méndez son los únicos salvadoreños que realizan este tipo de esculturas en el país, un trabajo que requiere de mucha paciencia y amor, no es fácil lograr esta figura toma aproximadamente 8 horas.
Pero no quedan dudas que lo disfrutan, Francisco es un maestro de profesión pero se enamoró de este arte desde el 2013, poco a poco ha ido perfeccionando la técnica, lo que le ha permitido representar a el salvador en diversos concursos internacionales.
Ha visitado México, Uruguay, Paraguay y hasta Egipto.
Incluso a través de su trabajo se realizó la primera propuesta de matrimonio en el país con este tipo de esculturas.