Consiste en aprovechar la gravedad y fuerza del agua para empujar y poner en marcha un generador que la convierte en electricidad, pero alguna vez escuchaste que este tipo de producción es limpia y renovable.
El ingeniero de producción de una pequeña central hidroeléctrica, ubicada en Nahuizalco, Sonsonate, nos cuenta que el proceso es ecológico y que incluso favorecen al río Sensunapán con la primera etapa que consiste en filtrar el agua de desechos como el plástico u otros que generalmente la población tira a los ríos.
Sin basura y plástico, el agua continúa su trayecto pero sobre canaletas, al llegar a una altura considerable, cae por gravedad al interior de tubos; que con suficiente fuerza moverá las turbinas que generan energía eléctrica y lista para que una distribuidora que abastezca a un municipio como Nahuizalco.
Al finalizar todo el proceso, el agua regresa al río Sensunapán, pobladores y turistas agradecen que más allá de generar energía eléctrica, la empresa le apuesta a contribuir al medio ambiente.