El gobierno de EE.UU. emitió una alerta de viaje para Venezuela, advirtiendo sobre un «alto riesgo» de detenciones arbitrarias, tortura y terrorismo contra ciudadanos estadounidenses, mientras Caracas denunció que se trata de una campaña para desprestigiar al país, pese a que el Departamento de Estado insistió en los peligros por la delincuencia.
La ONG Foro Penal confirmó en febrero de 2025 que siete estadounidenses permanecían detenidos, lo que refuerza las advertencias de Washington, aunque Venezuela no ha respondido a estas acusaciones específicas.
Dado que las relaciones diplomáticas están rotas desde 2019, la tensión persiste, con EE.UU. manteniendo a Venezuela en su nivel máximo de alerta desde la era Trump.