La Organización Internacional del Trabajo informó en la comisión de desarrollo social de las Naciones Unidas, que el 10% de la población mundial más rica, actualmente se lleva el 52% de la renta mundial, mientras que la mitad más pobre obtiene el 6,5% de la misma.
Además, señalaron que la pandemia del covid-19 mató a más de 6,8 millones de personas y llevó a muchos a la pobreza extrema y hambre, destruyendo empresas y puestos de trabajo, aún hay muchos países que se están recuperando de ella, mientras el mundo está enfrentando otras crisis.
Por tanto, aseguran que aumentaron las desigualdades en materia de ingresos, empleo y derechos, intensificando también la discriminación y hostilidad hacia las mujeres, los migrantes y refugiados.
Según la OIT, 214 millones de trabajadores viven en la pobreza extrema con menos de $1,9 dólares al día, aumentando también el número de trabajadores pobres en los países desarrollados.
Unos 290 millones de jóvenes en todo el mundo no reciben educación, empleo o formación, mientras que 2,000 millones de personas trabajan en la economía informal.
El incremento de los precios de trigo y el petróleo en el 2021, acentuada por la guerra de Ucrania, sirvió para agravar la inseguridad alimentaria y que continúa erosionando el poder adquisitivo de los trabajadores, especialmente de los que se encuentran en la parte inferior de la distribución de ingresos, alimentando disturbios sociales y huelgas.