La pobreza en América Latina se redujo, a niveles de 2014, un reciente informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe revela que 172 millones de personas siguen sin poder cubrir sus necesidades básicas y 66 millones enfrentan pobreza extrema, es decir no tienen acceso a una canasta mínima de alimento.
Según el reporte en 2023 el 27.3% de los latinoamericanos vivida en situación de pobreza, una disminución de 1.5 puntos respecto al año anterior y 5 puntos de comparación con 2020.
Para este año, la entidad de la ONU proyecta disminuya un poco, al 26,8%, lo que representaría a 170 millones de personas. La pobreza extrema la calcula en 10,4%.
Los datos desagregados indican que Colombia, El Salvador, Paraguay y República Dominicana redujeron la pobreza en al menos un punto.
En el caso de El Salvador el informe destaca el gasto destinado a funciones recreativas, deportivas y culturales que fue de 0.32 % respecto al Producto Interno Bruto, por otro lado, las Bahamas, Chile, Cuba, Guatemala, Guyana, Perú, Santa Lucía, y Trinidad y Tobago destinaron a este rubro recursos por encima de un 1% del gasto público.
Por otra parte, Costa Rica con 54.2% y Honduras 51.5% fueron los países que más dinero del gasto social ocuparon en educación, mientras el destino de fondos per cápita se observa que 7 países erogaron más de 500 dólares para los alumnos, sin embargo, Guatemala, Honduras, El Salvador y Nicaragua fueron los países que menos dólares per cápita gastaron en los estudiantes con montos entre los 77 a 154 dólares.
La Cepal también resaltó que la pobreza afecta de manera desproporcionada a las mujeres, quienes enfrentan mayores dificultades para integrarse en el mercado laboral. Asimismo, la desigualdad sigue siendo uno de los mayores retos en la región, en 2022, sólo un poco más de la mitad de las mujeres de la región estaba vinculada al mercado laboral (53,5%) y, entre las mujeres que se encontraban fuera de la fuerza laboral, el 56,3% se dedicaba exclusivamente al trabajo doméstico y de cuidados no remunerado, en comparación con el 7,3% de los hombres.
Además, a partir de los 65 años, las mujeres tienen mayores niveles de pobreza que los hombres, aunque reciban pensiones y el 70,3% de las que no recibe ningún tipo de pensión percibe ingresos propios menores a la línea de pobreza.