Han pasado 33 años desde que se puso fin al conflicto armado en El Salvador, un episodio histórico que dejó la muerte de más de 75,000 personas y numerosos crímenes aún pendientes de esclarecer. Entre estos, destacan hechos como la masacre de más de 1,000 víctimas en el caserío el mozote y el asesinato del arzobispo Oscar Arnulfo Romero, cuyo homicidio continúa sin resolverse.
Los sobrevivientes de esta guerra siguen sin recibir justicia, pues a varias décadas de ocurrido este difícil capitulo en la historia salvadoreña; aún hay deudas pendientes.
Historiadores destacan que antes, durante y después del conflicto armado se persiguieron objetivos específicos en ambos bandos; sobre todo en el aspecto político y social.