Las autoridades organizaron una visita de prensa a la penitenciaría nacional de Támara, a unos 25 kilómetros al norte de Tegucigalpa, para mostrar los privilegios que tenían los apodados toros, es decir los reclusos líderes.
Los reos además habían montado talleres de carpintería, una fábrica de hamacas, carnicería, barbería e incluso cultivos de tilapia, gallinas y gallos de pelea.
Los reclusos del pabellón VIP fueron trasladados hace unos días a otro edificio de la misma penitenciaría, donde según las autoridades se tendrían control absoluto de la población penitenciaria, evitando la extorsión y otros ilícitos que puedan salir de los centros penitenciarios.