El estrés infantil puede ser un desafío para muchos padres, pero existen varias estrategias para ayudar a los niños a manejarlo de manera efectiva. Fomentar una rutina diaria que incluya tiempo para el juego y la relajación es crucial, ya que proporciona un sentido de seguridad y estructura. Además, practicar técnicas de respiración y mindfulness, junto con mantener una comunicación abierta, permite que los niños expresen sus emociones y aprendan a lidiar con situaciones difíciles de manera saludable.