Fomentar buenos hábitos de estudio en los niños es clave para su éxito académico. Establecer un horario fijo les ayuda a crear una rutina consistente.
Una herramienta útil es la técnica Pomodoro, que divide el tiempo de estudio en intervalos cortos con pausas regulares, haciendo el aprendizaje más dinámico y entretenido.
Además, celebrar los logros, por pequeños que sean, motiva a los niños a seguir esforzándose y refuerza su confianza en sí mismos.