La ropa interior, al estar en contacto constante con la piel, puede acumular bacterias y hongos que aumentan el riesgo de infecciones. Los especialistas recomiendan renovar esta prenda cada seis meses a un año, dependiendo del uso y del estado de la tela. Es importante mantener una buena higiene personal, lavar la ropa interior adecuadamente y reemplazarla cuando comience a mostrar signos de desgaste o decoloración para mantener la salud íntima.