Adoptar una alimentación rica en nutrientes y baja en calorías vacías ayuda a reducir la grasa corporal, mientras que el ejercicio, especialmente el entrenamiento de fuerza y cardiovascular, facilita la quema de calorías y mantiene la masa muscular. Consultar a un profesional de la salud también puede proporcionar orientación personalizada y asegurar que el proceso sea seguro y eficaz.