Manejar y controlar los pensamientos negativos es fundamental para mantener un estado mental saludable. Estos pensamientos, que pueden surgir en momentos de estrés o inseguridad, suelen distorsionar la percepción de la realidad, afectando el bienestar emocional. Para enfrentarlos, es importante practicar la autocompasión, identificar patrones de pensamiento erróneos y reemplazarlos con afirmaciones positivas. Además, técnicas como la meditación y el mindfulness pueden ayudar a reducir su impacto, promoviendo una mente más equilibrada y resiliente.