El tiempo es uno de los recursos que se va y no regresa por nada, por lo que es importante saber aprovecharlo en cada momento.
Uno de los primeros pasos a realizar para administrarlo mejor es definir los objetivos y dividirlos entre corto y largo plazo, ya que esto permitirá un enfoque de esfuerzos a las tareas más relevantes.
Además, es importante delimitar los plazos para evitar la procrastinación.