Consumir frutas congeladas ofrece los mismos beneficios que las frescas, además de ser más económicas a largo plazo. Son una excelente fuente de fibra y antioxidantes, ayudando a combatir el estrés y a regular la digestión. Es crucial elegir frutas congeladas sin azúcares añadidos para aprovechar al máximo sus propiedades nutritivas.