La acelerada transformación digital ha generado múltiples oportunidades, pero también se ha convertido en un terreno fértil para que los ciberdelincuentes innoven y perfecciones sus métodos de ataque.
Los ciberincidentes no son eventos aislados, se han convertido en amenazas constantes, su incremento en la última década ha sido alarmante, en Latinoamérica y el Caribe los ataques cibernéticos aumentaron un 25% cada año superando el promedio mundial del 21% entre 2014 y 2023, según un informe del Banco Mundial publicado en economía de la ciberseguridad para los mercados emergentes (2024).
El informe agrega que el aumento de los ciberincidentes responde a varios factores, uno de los más preocupantes es la falta de inversión en seguridad digital y la implementación de estrategias adecuadas.
Las instituciones gubernamentales son el principal blanco en los países en desarrollo, representando el 30% de los ciberincidentes en Latinoamérica, expertos en el tema señalan que esto demuestra que la infraestructura digital estatal aún no está preparada para enfrentar amenazas avanzadas, poniendo en riesgo datos sensibles de millones de ciudadanos.
Mientras que en los países de altos ingresos el principal sector amenazado es el de la salud.
Especialistas en el tema destacan que es claro que la seguridad cibernética no avanza al mismo ritmo que la digitalización, en los últimos 10 años el uso de dispositivos conectados (iot) creció un 145%, el comercio electrónico se expandió en un 280% y las plataformas digitales se multiplicaron.
En cuanto a las motivaciones de los ataques a nivel mundial el 73.9% tiene objetivos financieros, en los países en desarrollo este porcentaje desciende al 41%.
Según el Banco Mundial, reducir la cantidad de incidentes en países en desarrollo, de un promedio de 50 a solo 7, anualmente, podría representar un incremento de hasta 1.5 del PIB.
En países con mayores regulaciones, los ciberataques han logrado reducirse hasta en un 40%, señalan expertos, de ahí la importancia de fortalecer la ciberseguridad en la región a través de la implementación de políticas de ciberseguridad más estrictas y fomentar la educación digital en empresas y gobiernos.