El origen del financiamiento público de los partidos políticos data desde 1984, cuando la Asamblea Legislativa aprobó la ley de deuda política, un mecanismo que tenía el fin de garantizarle una cantidad de recursos económicos a las instituciones para su participación en los procesos electorales.
La deuda se calcula con base al precio por cada voto emitido por los salvadoreños en cada uno de los comicios. Solo en el 2024, el Ministerio de Hacienda asignó 38, 357,561 dólares.
Para las elecciones presidenciales fueron 19,309,270 dólares. Las asignaciones para los partidos políticos son las siguientes:
Nuevas Ideas, con el 85% del total, es decir 16,345,436 dólares.
El partido FMLN, con un 1,235, 210 dólares, siendo este el 6% del total.
Arena recibió un 1,076,180 dólares representando el 6%.
Nuestro Tiempo obtuvo 393,703 dólares, siendo el 2%.
Fuerza Solidaria 142,011 dólares y Fraternidad Patriota Salvadoreña con 116,722 dólares.
Estos últimos representaban un 1% del total cada uno.
Para las elecciones legislativas, se destinó 10,228,801 dólares de deuda política, recibiendo el 71% del total Nuevas Ideas, es decir, 7,217,088 dólares.
Arena recibió 745,731 dólares, representando el 7% del total.
El partido FMLN 642,617 dólares, siendo el 6%; Vamos 300,695 dólares siendo el 3%.
Gana obtuvo 325,847 dólares y Nuestro Tiempo 143,678 dólares.
Pero, con la eliminación de la deuda política ¿cómo se van a financiar los partidos?
Según Eduardo Escobar, ese es uno de los riesgos que podría existir, es que los partidos políticos busquen fuentes no legales para financiar sus campañas electorales.