Un informe publicado en 2024, por el departamento de seguridad nacional, indicó que para inicios de 2022 había unos 11 millones de inmigrantes indocumentados en EE.UU., es el año más reciente disponible.
Reportaba también una tendencia al aumento desde 2019 que se acercaba al máximo histórico registrado en 2007, de 12,2 millones. El centro de investigaciones Pew registró en ese mismo año que los inmigrantes indocumentados representan el 4,8% de la fuerza laboral de Estados Unidos, es decir, 8,3 millones de trabajadores.
Estas estadísticas no reflejan los acontecimientos ocurridos desde mediados de 2022, según el departamento de seguridad nacional en 2024 hubo un récord de inmigrantes de 2,5 millones que cruzaron la frontera sur.
De acuerdo a un informe del Colegio de la Frontera Norte, publicado recientemente, en todo el territorio estadounidense viven actualmente más de 13,5 millones de extranjeros sin autorización. Más de un tercio de ese total corresponde a personas provenientes de México, país que cuenta con 4,9 millones de indocumentados.
El reporte del Pew Research Center indicó también que los países centroamericanos tienen una representación importante en ese conteo. El Salvador 750,000 personas indocumentadas, Guatemala 675,000 y Honduras 525,000 concentran juntos más de dos millones de personas que se encuentran en EE.UU. Sin residencia legal, es decir, cerca del 20% de la población objetivo total.
Pero también es claro que los inmigrantes indocumentados están en sectores fundamentales para la economía del país norteamericano.
Según el instituto de política fiscal y económica los trabajadores indocumentados pagaron $96.700 millones en impuestos en 2022. Mientras que el Consejo Estadounidense de Inmigración calcula que ese mismo año, los trabajadores sin papeles pagaron cerca de $76.000 millones.
De los indocumentados que viven en Estados Unidos, unos 3 millones no son deportarles, dado que tienen permiso para vivir y trabajar en el país, según explico Jeffrey Passel, investigador del centro de estudios Pew Research Center, en ese grupo están aquellas personas que han solicitado asilo, los que se han acogido al Estatus de Protección Temporal, y los que pertenecen al programa de personas llegadas en la infancia Daca.
Pero existe otro gran porcentaje que cuenta con estos permisos y se emplea en labores agrícolas, en la construcción, el servicio doméstico, restaurantes y hotelería.
La encuesta nacional de trabajadores agrícolas realizada por el departamento de trabajo indica que entre 2020 y 2022 el 42% de los empleados en el sector no tenía permiso de trabajo, y aclara que muchos encuestados podrían haber respondido con temor a decir la verdad sobre su estatus.
Un estudio del Instituto Peterson de Economía Internacional plantea que si se concretan los planes de deportación masivas las consecuencias para el crecimiento económico serían negativas.
Por otro lado, expertos argumentan, que los indocumentados también son consumidores.
Deportarlos significa menos demanda de alimentos, vivienda, servicios y otras necesidades domésticas, aumentarían los precios, costarían empleos y dañarían la economía estadounidense.
Según estimaciones del centro Pew con base en los datos de la oficina del censo en 2022, la mayoría de los inmigrantes indocumentados vive en California, Texas y Florida, cada uno de los estados con más de un millón dentro de su población. También destacan Nueva York, Nueva Jersey e Illinois, con alrededor de medio millón cada uno. Sin embargo, otros estados con cifras menores también se verían afectados en caso de deportaciones masivas.