Sin embargo, los albergues de migrantes del norte de México ya se preparan para recibir a los potenciales deportados, facilitar su reintegración laboral y registrar abusos contra migrantes que se puedan cometer a ambos lados de la frontera.
Nuevo León es uno de los pocos estados que, desde hace un par de años, da recursos a la sociedad civil para atención a los migrantes, pero la ayuda del gobierno federal es muy escasa por lo que las organizaciones solicitan mayor financiamiento.