Una de cada cinco niñas se casa o viven en unión libre antes de los 18 años, pero si se centra en países menos desarrollados el 10% contrae matrimonio antes de cumplir los 15 años y un 36% antes de los 18.
El informe de Fondo de Población de las Naciones Unidas revela que quienes son obligadas a casarse quedan embarazadas durante la adolescencia lo que supone un riesgo a complicaciones durante el periodo de gestación o parto y si nos enfocamos en países en desarrollo, esta es la principal causa de muerte en niñas entre los 15 y 19 años.
Aunque existen acuerdos internaciones que prohíben el matrimonio infantil como la convención sobre los derechos del niño, la realidad para muchos continúa alejadas de legislaciones, el poder de decisión sobre con quien y cuando casarse no es una opción para el 19% a nivel mundial de las menores de 18 a los que ya le han elegido a su pareja, ni para ese 5% de las adolescentes que aún no llegan, ni siquiera, a los 15 años.
Para algunos padres, sus hijas, es la puerta de salida a la pobreza en la que viven, mientras otros consideran que con el matrimonio se les asegura su futuro e incluso que las protegerán de un embarazo fuera del matrimonio. La pobreza y la desigualdad de género siguen siendo la madera para violentar los derechos humanos.
El informe del UNFPA detalla que el matrimonio infantil va disminuyendo de manera desigual y a un ritmo lento debido al crecimiento de la población en donde prevalece la práctica, para 2030 se espera que exista un incremento, para detener esta situación, representaría 35,000 millones de dólares para programa de orientación que promuevan la igualdad de género y asistencia, entre otros. Para evitar que una niña sea obligada a casarse cuesta 600 dólares en 132 países prioritarios.