Un total de 11 pandilleros recibieron condenas de hasta 155 años de prisión por diversos delitos cometidos entre el 2015 y 2017.
Los sujetos, que operaban en el oriente del país, son acusados de cuatro homicidios agravados, conspiración en el delito de homicidio y conspiración para extorsión agravada.
Una de las víctimas fue un hombre cuyo hermano en prisión ordenó a los condenados asesinarlo por no enviarle dinero de actividades ilícitas.